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Los embriones congelados son tan ‘eficaces’ como los frescos a la hora de tener un bebé.

La probabilidad de tener un bebé por reproducción asistida es similar con los embriones frescos que, con los descongelados, utilizando la técnica de la criopreservación.

Mar y Carlos llevaban bastante tiempo buscando un bebé sin conseguirlo. Mar superaba los 35, y ya no querían esperar más. Acudieron a HC Fertility para someterse a un ciclo de fecundación in vitro (FIV).

Como es frecuente, el número de embriones que obtuvimos en el laboratorio fue superior al que finalmente se iba a transferir. Por tanto, Mar y Carlos las tuvieron, tal y como marca la ley que congelar –o ‘criopreservar’– los embriones de buena calidad ‘sobrantes’. De este modo podrían realizar una segunda transferencia si la transferencia del embrión en ‘fresco’ no tuviera éxito – o por si en un futuro quisieran tener más hijos.

Tras la trasferencia de un primer embrión fresco, es posible criopreservar el resto de embriones para posteriormente transferirlos uno a uno, disminuyendo así las posibilidades de embarazo múltiple, lo que resulta seguro y efectivo.

Antes de tomar la decisión les surgieron algunas de las preguntas más planteadas por las parejas que inician un tratamiento de reproducción:

  • ¿La probabilidad de lograr la gestación y, lo que es más importante, de tener un bebé, ¿varía en función de que el embrión transferido sea fresco o congelado?
  • ¿Tendré que someterme a un nuevo ciclo de estimulación ovárica si la transferencia del embrión en fresco falla o si quiero tener otro hijo más adelante?

 

¿Son mejores los embriones frescos o los embriones criopreservados?

Para que lo entendieran bien, lo primero que hicimos fue explicar a la pareja en qué consiste la criopreservación.

– La criopreservación se realiza actualmente en la mayoría de los centros de reproducción asistida mediante un proceso denominado vitrificación en el cual se realiza una primera exposición de los embriones a crioprotectores. Estos crioprotectores son moléculas que protegen al embrión sustituyendo el agua del interior de este. De esta forma se evita la formación de cristales de hielo, responsables de gran parte de los daños que pueden ocurrir con una congelación clásica. Posteriormente, son sometidos a una bajada de la temperatura hasta los -196ºC, introduciéndolos en nitrógeno líquido. De este modo podemos mantener la viabilidad de los embriones durante todo el tiempo que sea necesario.

– La descongelación o desvitrificación de embriones consistiría en el proceso inverso: sustitución de las moléculas crioproctectoras por agua y vuelta a la temperatura fisiológica.

La tasa de supervivencia embrionaria al proceso de descongelación se encuentra en torno al 95%.

Pero, la probabilidad de lograr la gestación y, lo que es más importante, de tener un bebé, ¿varía en función de que el embrión transferido sea fresco o congelado?
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Interesante pregunta, pues el objetivo del procedimiento de fecundación in vitro no es lograr el embarazo, sino que este llegue a término con éxito.

En HC Fertility hemos comparado los resultados de gestación obtenidos con embriones que han superado el proceso de criopreservación, con los obtenidos con embriones transferidos en fresco y no hemos encontrado diferencias significativas en cuanto a tasas de embarazo ni de embarazos a buen término.

Lo mismo concluye un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Medicina y Farmacia de Ciudad Ho Chi Min (Vietnam) y de la Universidad de Adelaida (Australia)

El estudio fue llevado a cabo con la participación de cerca de 800 mujeres que, con un problema de infertilidad no causado por el síndrome de ovario poliquístico, se sometieron a un único ciclo de FIV en el que recibieron la transferencia de un embrión fresco o congelado. ¿Y qué pasó? Pues que, concluido el ciclo, la tasa de embarazo resultó prácticamente similar para ambos casos: del 36% en caso de recibir un embrión congelado, y del 35% en caso de recibir un embrión fresco.

Pero como hemos dicho antes, obviamente, el objetivo del procedimiento no es lograr el embarazo, sino que este llegue a término con éxito. Y de acuerdo con los resultados, ambas alternativas son, de nuevo, similares: la tasa de bebés nacidos vivos tras la transferencia de este primer embrión fue del 34% en el caso del ‘congelado’ y del 32% en el del ‘fresco’.

La probabilidad de tener un bebé por reproducción asistida es igual con los embriones frescos que con los criopreservados congelados, utilizando la técnica de la vitrificación.

Por tanto, la criopreservación es una opción efectiva y segura que evita a la mujer tener que someterse a un nuevo ciclo de estimulación ovárica.

En HC Fertility  estamos en la vanguardia técnica y contamos con un equipo excelentes profesionales, médicos y embriólogos, con dilatada experiencia que estudia cada caso de forma personalizada para asesorar a los pacientes en la decisión de criopreservar los embriones obtenidos y la posibilidad de transferirlos a la mujer en un futuro.

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